1. La crisis de la Restauración
(1898-1931)
España
entró en siglo XX en una situación muy difícil. La pérdida de las
últimas colonias en el denominado “Desastre del 98” y la falta de
soluciones a los problemas sociales, económicos y políticos del país .
En
1902 un joven de quince años, Alfonso
XIII ascendía al trono.
El sistema de la Restauración, diseñado por Cánovas y concretado en la Constitución de 1876 y en el sistema caciquil, vivió una larga crisis a lo largo de las primeras décadas del siglo.
La crisis surgió tanto de los problemas internos del sistema como de la creciente oposición de los grupos sociales y políticos, excluidos del régimen político de la Restauración.
El sistema de la Restauración, diseñado por Cánovas y concretado en la Constitución de 1876 y en el sistema caciquil, vivió una larga crisis a lo largo de las primeras décadas del siglo.
La crisis surgió tanto de los problemas internos del sistema como de la creciente oposición de los grupos sociales y políticos, excluidos del régimen político de la Restauración.
Las
crisis de 1906, 1909 y 1917
A
principios del siglo XX España se
caracterizaba por la
creciente tensión social, la incapacidad de los sucesivos
gobiernos de la Restauración y la creciente independencia
del ejército ante el poder civil.
La
crisis del sistema se concretó en tres momentos clave: 1906, 1909 y
1917.
A fines de 1905 un grupo de militares responde a las críticas de un diario barcelonés con el asalto e incendio de su imprenta. El gobierno cedió y aprobó la Ley de Jurisdicciones con la que cualquier ataque al ejército se convertía en un delito que debía ser juzgado en los tribunales militares.
Las dificultades del ejército (desastre del “Barranco del Lobo” en 1909) en la impopular guerra del Rif o Marruecos les puso en contra de la opinión pública.
A fines de 1905 un grupo de militares responde a las críticas de un diario barcelonés con el asalto e incendio de su imprenta. El gobierno cedió y aprobó la Ley de Jurisdicciones con la que cualquier ataque al ejército se convertía en un delito que debía ser juzgado en los tribunales militares.
Las dificultades del ejército (desastre del “Barranco del Lobo” en 1909) en la impopular guerra del Rif o Marruecos les puso en contra de la opinión pública.
En
1909, la movilización de reservistas provocó una oleada de protestas
violentas que llevaron a su represión y a la “Semana Trágica” de Barcelona.
Entre los militares “africanistas”, como Francisco Franco, se fue desarrollando una mentalidad antidemocrática.
Entre los militares “africanistas”, como Francisco Franco, se fue desarrollando una mentalidad antidemocrática.
La
dictadura de Primo de Rivera y el fin de la monarquía (1923-1931)
A
partir de 1917 llega la crisis final de la Restauración. La tensión
social y la protesta nacionalista precipitaron la intervención militar (contexto
internacional marcado por la dictadura fascista de Mussolini en Italia en
1922).
En
septiembre de 1923, el general Primo de Rivera dio un golpe
de estado y, con el acuerdo del rey, estableció una dictadura
militar.
El Directorio Militar (gobierno de la dictadura) suspendió la constitución, prohibió partidos y sindicatos, y suprimió cualquier tipo de libertad. El movimiento obrero y los grupos nacionalistas fueron los objetivos de la represión.
La dictadura tuvo algunos éxitos como el desembarco de Alhucemas en 1925, que permitió acabar con la insurrección del Rif, o el amplio programa de obras públicas. Sin embargo, Primo de Rivera fracasó políticamente, quedó aislado y, finalmente dimitió en 1930.
La opinión pública urbana y más politizada condenaba abiertamente al sistema de la Restauración y, con él, a la monarquía. Unas elecciones municipales en abril de 1931 ponen de manifestó el fin de la monarquía. Las candidaturas republicanas vencieron claramente, Alfonso XIII abandonó el país, mientras se proclamaba la República.
El Directorio Militar (gobierno de la dictadura) suspendió la constitución, prohibió partidos y sindicatos, y suprimió cualquier tipo de libertad. El movimiento obrero y los grupos nacionalistas fueron los objetivos de la represión.
La dictadura tuvo algunos éxitos como el desembarco de Alhucemas en 1925, que permitió acabar con la insurrección del Rif, o el amplio programa de obras públicas. Sin embargo, Primo de Rivera fracasó políticamente, quedó aislado y, finalmente dimitió en 1930.
La opinión pública urbana y más politizada condenaba abiertamente al sistema de la Restauración y, con él, a la monarquía. Unas elecciones municipales en abril de 1931 ponen de manifestó el fin de la monarquía. Las candidaturas republicanas vencieron claramente, Alfonso XIII abandonó el país, mientras se proclamaba la República.
La Segunda República
(1931-1936)
El
14 de abril de 1931 se proclamó la República.
Se
formó un Gobierno Provisional presidido por Niceto Alcalá Zamora y formado por
republicanos de todas las tendencias, socialistas y nacionalistas. El gobierno
debía dirigir el país hasta que unas nuevas Cortes Constituyentes que
dieran forma al nuevo régimen político.
El ambiente social estaba revuelto. Mientras la CNT anarquista promovía una amplia campaña de huelgas, el sector más conservador de la Iglesia se enfrentó al nuevo gobierno. En mayo de 1931, varias iglesias y conventos fueron quemados por grupos anticlericales. La opinión pública católica, un número significativo de españoles, se alejó del nuevo régimen republicano.
En junio de 1931, una coalición republicano-socialista triunfó en las elecciones a Cortes Constituyentes.
El ambiente social estaba revuelto. Mientras la CNT anarquista promovía una amplia campaña de huelgas, el sector más conservador de la Iglesia se enfrentó al nuevo gobierno. En mayo de 1931, varias iglesias y conventos fueron quemados por grupos anticlericales. La opinión pública católica, un número significativo de españoles, se alejó del nuevo régimen republicano.
En junio de 1931, una coalición republicano-socialista triunfó en las elecciones a Cortes Constituyentes.
Se
aprueba la Constitución de 1931.
EL
BIENIO REFORMISTA
El gobierno
republicano-socialista dirigido por Manuel Azaña emprendió un amplio
programa de reformas que trataba de solucionar una serie de problemas
que venían del siglo XIX:
Leyes sociales. Mejoraron las condiciones de
trabajo y reforzaron a los sindicatos.
Amplia reforma educativa. Construcción
de casi siete mil escuelas, coeducación de niños y niñas, y fin de la religión
como asignatura obligatoria.
Reforma militar. Se trataba de garantizar la
fidelidad del ejército al nuevo régimen.
Reforma agraria. Intento de redistribuir la
propiedad de la tierra en las zonas latifundistas. Creó mucha alarma entre los
terratenientes pero, en la práctica, muy pocas tierras fueron repartidas a los
jornaleros.
Reforma del estado centralista. Aprobación
del Estatuto de Autonomía de Cataluña.
Las reformas provocaron la oposición de los grupos conservadores (en 1932 hubo un intento de golpe militar dirigido por el general Sanjurjo) y, a la vez, no consiguieron mantener la ilusión de la base social de la izquierda.
Las reformas provocaron la oposición de los grupos conservadores (en 1932 hubo un intento de golpe militar dirigido por el general Sanjurjo) y, a la vez, no consiguieron mantener la ilusión de la base social de la izquierda.
En
un contexto de crisis económica, en noviembre de1933, el gobierno convocó
elecciones en las que triunfaron las fuerzas conservadoras: el Partido
Radical de Lerroux y la Confederación Española de Derechas
Autónomas (CEDA) de Gil Robles.
EL
BIENIO CONSERVADOR
Tras
las elecciones, Lerroux formó un gobierno que necesitaba el apoyo de
la CEDA desde el Parlamento. El nuevo ejecutivo inició una política
de rectificación de las reformas del bienio anterior:
Paralización de la reforma agraria, con la
expulsión de miles de jornaleros de las tierras que habían ocupado.
Interrupción de la reforma militar y
designación para puestos clave de militares antirrepublicanos como Franco, Goded o Mola.
Conciliación con la Iglesia Católica.
Enfrentamiento con los nacionalismos
periféricos. Freno al proyecto de Estatuto de Autonomía vasco y enfrentamientos
con la Generalitat catalana.
En un contexto de creciente tensión internacional (Hitler había llegado al poder en 1933), la crispación política llegó a niveles difíciles de sostener. El ingreso en el gobierno de ministros de la CEDA en 1934 llevó a la izquierda al camino de la insurrección. La insurrección de 1934, seguida de una fuerte represión, hizo que la violencia se adueñara del escenario político. El camino hacia el conflicto civil se había iniciado.
En un contexto de creciente tensión internacional (Hitler había llegado al poder en 1933), la crispación política llegó a niveles difíciles de sostener. El ingreso en el gobierno de ministros de la CEDA en 1934 llevó a la izquierda al camino de la insurrección. La insurrección de 1934, seguida de una fuerte represión, hizo que la violencia se adueñara del escenario político. El camino hacia el conflicto civil se había iniciado.
EL
FRENTE POPULAR
Las elecciones de
febrero de 1936 las ganó el Frente Popular, una coalición que agrupaba a
las fuerza de izquierda. La militancia anarquista, a diferencia de 1933, acudió
masivamente a votar.
Tras las elecciones, Manuel Azaña fue nombrado Presidente de la República y se formó un gobierno presidido por Casares Quiroga. Estaba formado exclusivamente por republicanos de izquierda, el sector más moderado del Frente Popular.
El nuevo gobierno reemprendió la política reformista del primer bienio republicano: amnistía para los presos de la insurrección de 1934, reforma agraria, restablecimiento del Estatuto catalán y debate de nuevos estatutos de autonomía para Galicia y el País Vasco…
Mientras, el ambiente social era cada vez más tenso. La izquierda obrera había optado por una postura claramente revolucionaria y la derecha buscaba de forma evidente un golpe militar que pusiese fin al sistema democrático. Las posturas moderadas y democráticas, que buscaban mantener un régimen constitucional no pudieron hacer frente. Desde el mes de abril se sucedieron los enfrentamientos violentos en la calle y la conspiración militar contra la República se extendió.
Tras las elecciones, Manuel Azaña fue nombrado Presidente de la República y se formó un gobierno presidido por Casares Quiroga. Estaba formado exclusivamente por republicanos de izquierda, el sector más moderado del Frente Popular.
El nuevo gobierno reemprendió la política reformista del primer bienio republicano: amnistía para los presos de la insurrección de 1934, reforma agraria, restablecimiento del Estatuto catalán y debate de nuevos estatutos de autonomía para Galicia y el País Vasco…
Mientras, el ambiente social era cada vez más tenso. La izquierda obrera había optado por una postura claramente revolucionaria y la derecha buscaba de forma evidente un golpe militar que pusiese fin al sistema democrático. Las posturas moderadas y democráticas, que buscaban mantener un régimen constitucional no pudieron hacer frente. Desde el mes de abril se sucedieron los enfrentamientos violentos en la calle y la conspiración militar contra la República se extendió.
LA GUERRA CIVIL (1936-1939)
EL
GOLPE Y EL DESARROLLO MILITAR DE LA GUERRA
El
golpe militar (17-19 julio de 1936) triunfó en algunas zonas del país, pero
zonas clave como Madrid, Cataluña o el País Vasco se mantuvieron en manos del
gobierno de la República. En medio de una brutal represión, España quedó
dividida en dos zonas: la zona republicana, donde el gobierno legal trataba de
imponer su autoridad a las milicias obreras, y la España nacional, donde los
militares establecieron una férrea dictadura.
La guerra tuvo tres grandes fases:
* Julio 1936-marzo 1937. Los militares rebeldes consiguieron, gracias a la ayuda germano-italiana, pasar al ejército de África, el más poderoso del país, a la península. Ocuparon importantes territorios en el oeste y el centro, pero fracasaron en su intento de tomar Madrid.
* Abril 1937-noviembre 1937. Las tropas de Franco conquistaron la franja norte del país y se lanzaron hacia la zona mediterránea para romper en dos la zona republicana.
* Diciembre 1937-febrero 1939. Las tropas insurrectas llegaron al Mediterráneo en Castellón. La última ofensiva republicana y la batalla más dura de la guerra fue la batalla del Ebro en julio-noviembre de 1938. El fracaso republicano precipitó el fin de la guerra con la toma de Cataluña y Madrid. La guerra terminó el 1 de abril de 1939
* Julio 1936-marzo 1937. Los militares rebeldes consiguieron, gracias a la ayuda germano-italiana, pasar al ejército de África, el más poderoso del país, a la península. Ocuparon importantes territorios en el oeste y el centro, pero fracasaron en su intento de tomar Madrid.
* Abril 1937-noviembre 1937. Las tropas de Franco conquistaron la franja norte del país y se lanzaron hacia la zona mediterránea para romper en dos la zona republicana.
* Diciembre 1937-febrero 1939. Las tropas insurrectas llegaron al Mediterráneo en Castellón. La última ofensiva republicana y la batalla más dura de la guerra fue la batalla del Ebro en julio-noviembre de 1938. El fracaso republicano precipitó el fin de la guerra con la toma de Cataluña y Madrid. La guerra terminó el 1 de abril de 1939
LA
INTERVENCIÓN EXTERIOR
La
intervención de diversas potencias extranjeras fue clave para el desenlace
de la guerra.
Al iniciarse el conflicto, todas las potencias firmaron el Pacto de No Intervención por el que se comprometían a no ayudar a ninguno de los dos bandos. Las únicas que respetaron el Pacto fueron las democracias: Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos. La Alemania nazi y la Italia fascista apoyaron desde un principio y de forma decisiva a Franco. Ante la falta de respuesta de las democracias occidentales, el gobierno republicano volvió sus ojos a la URSS de Stalin.
Las potencias fascistas enviaron material de guerra, municiones y tropas a España. La Legión Cóndor germana ensayó en nuestro país las tácticas de guerra que luego usaría la Alemania nazi durante la segunda guerra mundial. El brutal bombardeo de Guernica en 1937 fue el más triste ejemplo de su intervención. Mussolini, por su parte, envió abundante material y en torno a setenta mil soldados a luchar junto a Franco. La ayuda germano-italiana fue decisiva.
La ayuda soviética se concretó en el envío de armas y tropas (tanquistas y pilotos) a la República. La Internacional Comunista organizó las Brigadas Internacionales, en torno a cuarenta mil voluntarios que vinieron a luchar al lado de la República.
Al iniciarse el conflicto, todas las potencias firmaron el Pacto de No Intervención por el que se comprometían a no ayudar a ninguno de los dos bandos. Las únicas que respetaron el Pacto fueron las democracias: Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos. La Alemania nazi y la Italia fascista apoyaron desde un principio y de forma decisiva a Franco. Ante la falta de respuesta de las democracias occidentales, el gobierno republicano volvió sus ojos a la URSS de Stalin.
Las potencias fascistas enviaron material de guerra, municiones y tropas a España. La Legión Cóndor germana ensayó en nuestro país las tácticas de guerra que luego usaría la Alemania nazi durante la segunda guerra mundial. El brutal bombardeo de Guernica en 1937 fue el más triste ejemplo de su intervención. Mussolini, por su parte, envió abundante material y en torno a setenta mil soldados a luchar junto a Franco. La ayuda germano-italiana fue decisiva.
La ayuda soviética se concretó en el envío de armas y tropas (tanquistas y pilotos) a la República. La Internacional Comunista organizó las Brigadas Internacionales, en torno a cuarenta mil voluntarios que vinieron a luchar al lado de la República.
SOCIEDADES
Y SISTEMAS POLÍTICOS ENFRENTADOS
En
la España nacional se estableció desde un principio una férrea dictadura
militar bajo la autoridad absoluta de Franco, Jefe del Estado desde
el 1 de octubre de 1936. En 1937, todos los grupos políticos se agruparon en un
único partido, la Falange Española Tradicionalista dirigida por él.
En la zona republicana se agruparon los opositores a una dictadura militar-fascista en España, con proyectos políticos diferenciados y a veces contrapuestos. Los que defendían una república democrática (republicanos y socialistas moderados) se vieron desbordadas por las posturas revolucionarias, especialmente en las zonas donde predominó la CNT, el sindicato anarquista.
El partido comunista se vio reforzado por la ayuda soviética y por la intervención de los servicios secretos de Stalin. Las pugnas internas acabaron en enfrentamientos armados en Barcelona en 1937. A partir de ese momento, el gobierno del socialista Negrín, apoyado por los comunistas, intentó establecer un gobierno centralizado. La tarea fue imposible.
La pugna de proyectos políticos enfrentados en la zona republicana (liberal-democrático, anarquista, comunista), además de ser un factor clave de su derrota, muestra como la tradicional separación en “dos Españas” esconde una realidad mucho más compleja.
En la zona republicana se agruparon los opositores a una dictadura militar-fascista en España, con proyectos políticos diferenciados y a veces contrapuestos. Los que defendían una república democrática (republicanos y socialistas moderados) se vieron desbordadas por las posturas revolucionarias, especialmente en las zonas donde predominó la CNT, el sindicato anarquista.
El partido comunista se vio reforzado por la ayuda soviética y por la intervención de los servicios secretos de Stalin. Las pugnas internas acabaron en enfrentamientos armados en Barcelona en 1937. A partir de ese momento, el gobierno del socialista Negrín, apoyado por los comunistas, intentó establecer un gobierno centralizado. La tarea fue imposible.
La pugna de proyectos políticos enfrentados en la zona republicana (liberal-democrático, anarquista, comunista), además de ser un factor clave de su derrota, muestra como la tradicional separación en “dos Españas” esconde una realidad mucho más compleja.
EL
TRÁGICO BALANCE DEL CONFLICTO
La
guerra civil fue el episodio más cruel y traumático de la historia
reciente de España y dio lugar a una larga dictadura que nos alejó del resto de
las naciones democráticas.
Consecuencias
del conflicto:
Demográficas. Más de 500.000 muertos, sin sumar a los no nacidos y los exiliados.
Demográficas. Más de 500.000 muertos, sin sumar a los no nacidos y los exiliados.
Psicológicas. Económicas. La renta nacional y per cápita no
recuperó el nivel de 1936 hasta la década de 1950.
Sociales. Los grupos hegemónicos
reafirmaron su dominio social. Se incrementa el odio y rencor entre los
antiguos bandos. Traumas de viudas, huérfanos y encarcelados.
Culturales. El triunfo de Franco arrasó
con una de las épocas más florecientes de la cultura española. El 60 % de los
docentes fueron destituidos o represaliados y
muchos científicos, artistas e intelectuales, murieron o tuvieron que
exiliarse.
LA DICTADURA DE FRANCO
(1939-1975)
LA
DURA Y LARGA POSGUERRA
Tras
la guerra civil todo el poder se concentro en las manos de Franco,
el Caudillo. Este régimen de partido único, la Falange, tenía rasgos
fascistas junto a un importante componente militar y católico.
El ejército y la Iglesia fueron los más firmes baluartes de un
régimen con un fuerte carácter nacionalista.
El franquismo ejerció una dura represión sobre cualquier ideología que se apartara de la dictadura. Liberales, demócratas, socialistas, comunistas… todos vivieron la persecución, la cárcel y, en muchos casos, el pelotón de fusilamiento.
La alta burguesía terrateniente, financiera o industrial y las clases medias más influenciadas por la iglesia católica, fueron las bases sociales del régimen franquista.
Hasta principios de los años cincuenta, España sufrió una época de escasez y racionamiento de alimentos (años de la autarquía) con una economía cerrada con escasos intercambios económicos con el exterior. La política autárquica fue impuesta por el aislamiento internacional en el que vivió el primer franquismo. El “estraperlo”, mercado negro ilegal de todo tipo de productos, se extendió.
El franquismo ejerció una dura represión sobre cualquier ideología que se apartara de la dictadura. Liberales, demócratas, socialistas, comunistas… todos vivieron la persecución, la cárcel y, en muchos casos, el pelotón de fusilamiento.
La alta burguesía terrateniente, financiera o industrial y las clases medias más influenciadas por la iglesia católica, fueron las bases sociales del régimen franquista.
Hasta principios de los años cincuenta, España sufrió una época de escasez y racionamiento de alimentos (años de la autarquía) con una economía cerrada con escasos intercambios económicos con el exterior. La política autárquica fue impuesta por el aislamiento internacional en el que vivió el primer franquismo. El “estraperlo”, mercado negro ilegal de todo tipo de productos, se extendió.
DEL
AISLAMIENTO EXTERIOR A LA VUELTA A LOS ORGANISMOS INTERNACIONALES
Pese
a declararse neutral, el régimen de Franco no ocultó sus simpatías por las
potencias del Eje, la Alemania de Hitler y la Italia de Mussolini, durante la
Segunda Guerra Mundial. Aunque España, muy debilitada tras la guerra
civil, no entró finalmente en la guerra, Franco envió un cuerpo de voluntarios,
la División Azul, a luchar junto a Hitler contra la Unión Soviética.
Al acabar el conflicto, España, considerada aliada de las potencias fascistas, fue aislada internacionalmente. En 1946 la Asamblea General de las Naciones Unidas votó contra el ingreso de España. A esta condena siguieron años de aislamiento económico y político. España no recibió ninguna ayuda del Plan Marshall, ni fue admitida en la OTAN.
La guerra fría, el enfrentamiento global entre EEUU y la URSS comunista, vino a “salvar” al régimen de Franco. Para EEUU, España pasó de ser un régimen fascista a convertirse en un país sólidamente anticomunista, aliado en la lucha contra la URSS.
En 1953 se firmaron los Acuerdos bilaterales con los Estados Unidos, que permitieron la instalación de bases militares norteamericanas en nuestro país. A cambio, España recibió una ayuda económica norteamericana. En 1955, España ingresó finalmente en la ONU.
Al acabar el conflicto, España, considerada aliada de las potencias fascistas, fue aislada internacionalmente. En 1946 la Asamblea General de las Naciones Unidas votó contra el ingreso de España. A esta condena siguieron años de aislamiento económico y político. España no recibió ninguna ayuda del Plan Marshall, ni fue admitida en la OTAN.
La guerra fría, el enfrentamiento global entre EEUU y la URSS comunista, vino a “salvar” al régimen de Franco. Para EEUU, España pasó de ser un régimen fascista a convertirse en un país sólidamente anticomunista, aliado en la lucha contra la URSS.
En 1953 se firmaron los Acuerdos bilaterales con los Estados Unidos, que permitieron la instalación de bases militares norteamericanas en nuestro país. A cambio, España recibió una ayuda económica norteamericana. En 1955, España ingresó finalmente en la ONU.
LA
LIBERALIZACIÓN DE LA ECONOMÍA Y LOS AÑOS DEL DESARROLLO
Aprovechando
la nueva situación internacional, el régimen franquista inició un giro en su política
económica. Se trataba de liberalizar la economía y abrirla al exterior en
un momento en el que Europa occidental estaba viviendo un verdadero boom
económico. Las medidas contenidas en el Plan de Estabilización de
1959 tuvieron un éxito inmediato. En el período de 1961-1973 se vivió un
rápido crecimiento industrial y de servicios.
La inversión exterior, atraída por
los bajos salarios, y el turismo europeo, en busca de sol y bajos precios,
facilitaron el despegue económico del país.
El desarrollo industrial desencadenó una intensa emigración de mano de obra campesina hacia las ciudades y hacia Europa. La sociedad española cambió radicalmente. Las clases medias empezaron a constituir el grupo social predominante en una incipiente “sociedad de consumo”. Los electrodomésticos, la televisión y, sobre todo, el coche eran los símbolos del nuevo país. Pese a las insuficiencias del modelo de crecimiento español (debilidad de los servicios públicos -educación, sanidad-, inadecuadas infraestructuras y desastroso planeamiento urbano), en los años sesenta nació una nueva sociedad más rica, abierta y tolerante, que permitió más tarde la transición pacífica hacia la democracia tras la muerte de Franco en 1975.
El desarrollo industrial desencadenó una intensa emigración de mano de obra campesina hacia las ciudades y hacia Europa. La sociedad española cambió radicalmente. Las clases medias empezaron a constituir el grupo social predominante en una incipiente “sociedad de consumo”. Los electrodomésticos, la televisión y, sobre todo, el coche eran los símbolos del nuevo país. Pese a las insuficiencias del modelo de crecimiento español (debilidad de los servicios públicos -educación, sanidad-, inadecuadas infraestructuras y desastroso planeamiento urbano), en los años sesenta nació una nueva sociedad más rica, abierta y tolerante, que permitió más tarde la transición pacífica hacia la democracia tras la muerte de Franco en 1975.
EL
INMOVILISMO POLÍTICO DE LA DICTADURA
Los
cambios económicos y sociales no fueron políticos. El régimen franquista seguía
formas dictatoriales desde la guerra civil. A pesar de ello surgieron cambios :
El Concilio Vaticano II propició el alejamiento de la Iglesia y el régimen franquista.
El Concilio Vaticano II propició el alejamiento de la Iglesia y el régimen franquista.
Las tensiones
nacionalistas resurgieron y apareció ETA. La organización terrorista
vasca nació en 1959 y muy pronto derivó hacia la violencia terrorista.
Aumentaron los conflictos laborales desde
principios de los sesenta. Las huelgas pasaron de tener motivaciones laborales
(salarios, jornada de trabajo) a la plantear reivindicaciones políticas
(libertades sindicales y políticas).
Los últimos años del dictador vieron un recrudecimiento de la tensión social, que fue reprimida. El terrorismo (ETA, FRAP) adelantó lo que iba a ser uno de los grandes problemas de la democracia española.
Los últimos años del dictador vieron un recrudecimiento de la tensión social, que fue reprimida. El terrorismo (ETA, FRAP) adelantó lo que iba a ser uno de los grandes problemas de la democracia española.
Finalmente, Franco
murió el 20 de noviembre de 1975. El país se debatía entre la esperanza de un
futuro democrático y el miedo a la vuelta a los horrores del pasado.
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